ATRAYENDO LA SUCIEDAD
Parece que las gafas atraen la suciedad cada día. Las manchas pueden ser provocadas por múltiples causas: huellas, aceites, sudor, líquidos que alcanzan las lentes durante todo el día, uso de ropa sucia para limpiar los cristales, humo procedente del tráfico, humedad e incluso restos que no has sido capaz de ver.
¿QUÉ PROBLEMA HAY CON LAS MANCHAS?
Con el tiempo, estos elementos crecerán y dañarán la superficie de tus lentes. Una rápida limpieza con la camiseta que lleves puesta no hará que tu cristal esté más limpio y, además, puede dañar tus lentes.
Las manchas, además de ser molestas (e, incluso, potencialmente embarazosas), pueden provocar vista cansada e incomodidad.
CONSIGUE UNAS LENTES SIN MANCHAS
- Evita tocarte la cara ya que los aceites naturales del cuerpo, el maquillaje o las lociones corporales pueden pegarse a tus dedos y terminar ensuciando tus gafas.
- Enjuaga tus lentes con agua templada o poniéndolas debajo del grifo con agua corriente para quitar cualquier resto de suciedad.
- Limpia tus lentes suavemente con el jabón de lavar los platos para quitar los restos de aceites.
- Enjuaga con agua tibia y deja secar; después, limpia con un paño de microfibra.
TIPS
Las lentes con propiedades anti-rayones consiguen que la superficie de tus gafas llegue a convertirse en ‘hidrofóbica’ al repeler cualquier líquido. Esto significa que los restos de aceite no podrán aferrarse a tus lentes como lo harían con unas gafas normales.